El jueves 29 de Julio, en la Asamblea
Departamental de Santander, se realizó el debate sobre el proyecto
minero en el páramo de Santurbán, ubicado entre los municipios de Vetas
y California. En esta Sesión Plenaria se analizó las repercusiones para
la población de dichos municipios, las zonas próximas y el área
metropolitana de Bucaramanga, la cual depende del recurso hídrico del
río Suratá.
Los elementos aportados en el debate por disímiles posiciones, son
suficiente evidencia para dudar que la Greystar Resources Ltda, pueda
reparar el daño ambiental que se va a ocasionar con la remoción de un
tajo de 1.075 millones de toneladas de roca, de las que se procesará
aproximadamente el 30% para la obtención de oro y plata, para cuyo
efecto utilizará más de1.200 toneladas de cianuro y 7.000 toneladas de
explosivos al mes, dispondrá una zona de acumulación de desechos e
impactará de manera negativa en los caudales de las Quebradas Móngora,
La Virgen, Angostura y Páez, que son tributarias del río Vetas que
desemboca en el río Suratá y que sirve de abastecedor del agua del área
metropolitana de Bucaramanga con una población de más de un millón de
habitantes
En el debate, se expresaron voces de rechazo a la intención de la Greystar Resources Ltda, de emprender proyectos de explotación minera a cielo abierto, desconociendo la normatividad ambiental que prohíbe la actividad minera por encima de 3.000 m.s.n.m., además del evidente daño ecológico, hídrico, social y económico que tendrá el proyecto Angostura en esta zona de páramo.
La minería a cielo abierto tiene un alto impacto ambiental. En Estados Unidos se han estudiado y evaluado más de 30 proyectos corroborando desastrosas consecuencias para los suelos, las fuentes hídricas, la salud de las personas, la vegetación, la fauna, la topografía y el paisaje. No son ambientalistas de cabeza caliente como tildan a los colombianos que se preocupan por estos temas, son científicos de importantes universidades de los Estados Unidos, quienes están demandando del gobierno la suspensión de la minería a cielo abierto, hasta que surjan nuevos métodos para la explotación de recursos mineros más seguros y con beneficios reales para las gentes y el ambiente. Esta minería que se rechaza en Estados Unidos y Europa, se pretende realizar de manera experimental en naciones como Colombia, vendiendo la idea que los ingresos por regalías serán suficientes para compensar los daños que ocasionan.
Cuando se mira con detenimiento los supuestos ingresos por regalías y otros impuestos a la renta, en el caso del proyecto Angostura, se observa que se recibirán 3,2 dólares por cada 100 que genere la explotación de oro y plata, según el artículo 6º de la ley 756 de 2002. Por impuesto de renta después de las exenciones que otorga el gobierno a los inversionistas, no se supera el 9.8%. En total el proyecto generará 13% con ambos tributos, con ello se concluye que estos ingresos jamás llegarán a montos suficientes para reponer los pasivos ambientales ni las condiciones de vida de las gentes.
Otro eco del debate fue la caracterización de esta zona como de páramo, puesto que aún cumpliendo las especificaciones en la materia, se pretende generar dudas para justificar su explotación amañando la ley a intereses particulares. Sobre esto es claro que normas del antiguo Código de Minas, reformadas por la ley 1382 de 2010 protege las zonas de páramos sensibles como este de Santurbán. El presidente de la Asamblea, el gerente del Acueducto Metropolitano, el gerente de la CDMB, el representante de Ingeominas y los sectores sociales avanzados del departamento levantaron su voz contra este lesivo mega-proyecto.
El eco del debate se hará oír durante largo rato en Santander con la solicitud de declaratoria de protección de la zona del Páramo Santurbán y la cancelación del proyecto.
Tomado de: http://www.moir.org.co
Roberto Schamalbach, El Frente, Bucaramanga, agosto 1 de 2010
En el debate, se expresaron voces de rechazo a la intención de la Greystar Resources Ltda, de emprender proyectos de explotación minera a cielo abierto, desconociendo la normatividad ambiental que prohíbe la actividad minera por encima de 3.000 m.s.n.m., además del evidente daño ecológico, hídrico, social y económico que tendrá el proyecto Angostura en esta zona de páramo.
La minería a cielo abierto tiene un alto impacto ambiental. En Estados Unidos se han estudiado y evaluado más de 30 proyectos corroborando desastrosas consecuencias para los suelos, las fuentes hídricas, la salud de las personas, la vegetación, la fauna, la topografía y el paisaje. No son ambientalistas de cabeza caliente como tildan a los colombianos que se preocupan por estos temas, son científicos de importantes universidades de los Estados Unidos, quienes están demandando del gobierno la suspensión de la minería a cielo abierto, hasta que surjan nuevos métodos para la explotación de recursos mineros más seguros y con beneficios reales para las gentes y el ambiente. Esta minería que se rechaza en Estados Unidos y Europa, se pretende realizar de manera experimental en naciones como Colombia, vendiendo la idea que los ingresos por regalías serán suficientes para compensar los daños que ocasionan.
Cuando se mira con detenimiento los supuestos ingresos por regalías y otros impuestos a la renta, en el caso del proyecto Angostura, se observa que se recibirán 3,2 dólares por cada 100 que genere la explotación de oro y plata, según el artículo 6º de la ley 756 de 2002. Por impuesto de renta después de las exenciones que otorga el gobierno a los inversionistas, no se supera el 9.8%. En total el proyecto generará 13% con ambos tributos, con ello se concluye que estos ingresos jamás llegarán a montos suficientes para reponer los pasivos ambientales ni las condiciones de vida de las gentes.
Otro eco del debate fue la caracterización de esta zona como de páramo, puesto que aún cumpliendo las especificaciones en la materia, se pretende generar dudas para justificar su explotación amañando la ley a intereses particulares. Sobre esto es claro que normas del antiguo Código de Minas, reformadas por la ley 1382 de 2010 protege las zonas de páramos sensibles como este de Santurbán. El presidente de la Asamblea, el gerente del Acueducto Metropolitano, el gerente de la CDMB, el representante de Ingeominas y los sectores sociales avanzados del departamento levantaron su voz contra este lesivo mega-proyecto.
El eco del debate se hará oír durante largo rato en Santander con la solicitud de declaratoria de protección de la zona del Páramo Santurbán y la cancelación del proyecto.
Tomado de: http://www.moir.org.co
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